martes, 8 de junio de 2010

Soy amigo...




Por alguna decisión de algún poder más grande que yo, la naturaleza no dejó que mis padres me dieran un hermano o hermana, y creo que esa es la razón por la que, gracias a la soledad que puede sentir un hijo único, atesoro la amistad como la abeja a su reina; porque en ella me he refugiado cuando no necesito esa soledad.

A su vez siempre he pensado que, el estar solo me permite callar todo lo que me rodea, y no me deja escuchar lo que esa pequeña vocesita que me gusta imaginar como Pepe Grillo, trata de decirme cuando voy bien, o cuando sencillamente la estoy embarrando con mis acciones; pero también trato de robarle unos minutos al tiempo para poder decirme a mi mismo "¿Qué diría Pepe Grillo en este momento?"; a veces atino, y a veces no; creo que eso es un trámite más de la vida: oír a la conciencia, en mi caso: Pepe Grillo.

A veces... a veces es imposible tratar de hacer ver a los amigos lo que tu conciencia te dice, porque ellos deberían oír la suya propia; y esas ganas de ayudar que puedes tener, se desvanece en la impotencia, doliendo mucho más cuando ves a tus amigos sufriendo, y detesto eso... ver a mis amigos sufrir, pero solo puedo esperar a que sanen sus heridas. No sabes que hacer.

Y tantas son las ganas de que tus amigos estén bien, que te olvidas de ti mismo. Es difícil convencerse de que tu mundo y tu vida, la vives tu mismo y nadie más. Tus pensamientos se hacen tan vacios como tú mismo... tan vacios como este post.