sábado, 7 de enero de 2012

LAS BASES DEL ÉXITO EN CIENCIA FICCIÓN


















Yo, como amante de la literatura fantástica y de la ciencia ficción, amo las obras de Issaac Asimov. Es por esto, que decido compartir este poema o verso (como lo quieran llamar) sobre "Las bases del éxito en ciencia ficción", escrito a manera de burla de su propio genero literario, pero a la vez muy cierto en lo que menciona.


Si la ficción científica deseas cultivar
y destacar en ella con lustre sin igual,
practica de las ciencias la jerga singular,
sin importarte un bledo usarla bien o mal.
Pulsares y quasares tesáricas y falacias,
en un místico estilo, de pulida elocuencia,
harán que los fanáticos, sin entender palabra,
esperen tus escritos con febril impaciencia.

Y en tanto que tú surcas las sendas espaciales,
entonarán a coro, a golpe de incensario:
¡Un joven que planea a alturas siderales...!
¡Qué dotes de invención! ¡Qué hombre extraordinario!

No hay misterio en el éxito. Basta copiar la historia.
Todo está en ella ya, instante por instante.
El Imperio romano - su expansión y su gloria -,
trasladado a los cielos, brillará rutilante.
La trama es una brisa y, si así lo decides,
por el hiperespacio recorrerás parsecs.
Y si plagias un poco a Gibbon y a Tucíddides,
como nadie se entera, carece de interés.

Y en tanto que prosigues tu andar meditabundo,
entonarán a coro, a golpe de incensario:
¡Un joven tan versado en la historia del mundo...!
¡Qué auténtico talento! ¡Qué hombre extraordinario!

Aparta de tu héroe la amorosa pasión.
No existe el sexo.
Inmerso en la política -sus sombríos ardides-,
ciégalo para el resto.
Dale sólo una madre. La mujer, con sus ansias
de oropel y de joyas,
podría distraerle de sus sueños sublimes
y desviar el rumbo de su gran psicohistoria.

Y en tanto que recorres tan austero camino,
entonarán a coro, a golpe de incensario:
¡Un joven que se ciñe así a lo masculino...!
¡Cuán grande es su fuerza! ¡Qué hombre extraordinario!

ISAAC ASIMOV

viernes, 6 de enero de 2012

Amigos + Café






















Otro año más, y la historia vuelve a comenzar. No, no los aburriré con otro post sobre el cambio de año, pero me llega eso a la cabeza cuando pienso en el tiempo que tengo conociendo a mis amigos, y lo valioso que es poder decir, que los tengo desde hace muchos años.

Ayer me tomé el primer café del año con dos de mis mejores amigos (Soy adicto al café, por cierto), específicamente mi "mejor amigo" y su esposa. Él es mi mejor amigo y casi hermano desde que tenía catorce años de edad. Al repetir el segundo año de secundaria, por problemas de conducta y simplemente porque no quería estudiar en un colegio de Snobs, fui cambiado a un colegio mucho más pequeño. Al ver que tampoco estaba acostumbrado a tratar con otro tipo de gente, pensé que la había "cagado" al salirme del otro colegio, hasta que él me dio la bienvenida a pesar de no tener ni idea de quién era yo, y a pesar que mis otros compañeros de clase no tenían intenciones tampoco de hacerme sentir bienvenido.

Su esposa, se ha convertido en una gran amiga y no simplemente por ser la pareja de mi mejor amigo, sino porque de verdad se ha ganado el puesto.

Este año que pasó pude volver a compartir con amigos que tenía tiempo sin ver; y es que a pesar de vivir en la misma ciudad, a veces nos olvidamos del poder que tiene el decir "¡Ey! Vamos a tomarnos un café".

Gracias a mi nuevo trabajo, he podido recuperar el tiempo perdido con una de mis mejores amigas; y en serio son muchos los cafés que nos hemos dejado de tomar, ya que en casi ocho años en pocas ocasiones nos habíamos visto, viviendo en la misma ciudad y trabajando en la misma área. A veces descuidamos las cosas que de verdad importan en la vida, como el escuchar a los "panas", el caminar por un centro comercial haciendo como si miráramos vitrinas mientras se conversa o visitar a los amigos en sus casas.

A veces nos olvidamos de compartir.

Impresionante, lo que un café puede hacer. No dejen de invitar un cafecito. Es la mejor excusa para reencontrarse con aquellos que tenemos tiempo sin ver, y por pena, no se nos ocurre una mejor manera para juntarnos... ¿La mejor opción? Invítales un café.