domingo, 25 de julio de 2010

Eh... ehm... eeh eh.. eeeeh... (Mi mejor línea con las chicas)





















La gente se ríe cuando comento que mi vida afectiva, es decir, las chicas... se parece mucho a la de mi personaje favorito de FRIENDS, como lo es Chandle Bing, llevado a la vida por el actor Mattew Perry.

Yo lo digo en realidad, para que la gente se ría, pero la verdad es que a veces no hace mucha gracia. ¿En qué se podría parecer la vida amorosa de Chandler a la de este mamarracho que escribe esta baina? Bueno, comencemos por el título de mi post: Así como lo leen, literal y trágicamente, mi mejor línea cuando trato de charlar por primera vez con una chica que me gusta es "Ehh... ejem.. estee.. hola... eeeh.. ejeje... ". Para los que no lo han entendido ¡NO SE HABLAR CON LAS MUJERES!

Siempre me ha costado comenzar una conversación, bien sea con esa chica bonita que espera conmigo el ascensor de mi casa, o con el mecánico o/u asistente del mismo, cada vez que llevo mi carro a reparar. Me cuesta pensar en el primer tema, y creo que pienso mucho sobre que decir... destacando que ahora que lo pienso, mi mejor opción siempre es el clima; que si está lloviendo, que si hace calor, y dependiendo si es el caso del mecánico, comienzo o termino la frase con una palabrota... ustedes saben; para parecer más macho.

Volviendo al grano, cuando al fin logro tener una conversación con la chica en cuestión, tiendo a defenderme mejor, usando, también por desgracia, el humor como arma de defensa... y no se si el hecho de que hable rápido en esos momentos se debe al hecho de que estoy nervioso o que me acuerdo de un chiste del conde del güacharo (humorista venezolano) quien dice que los feos tenemos que hablar rápido para que las mujeres no se den cuenta de que uno es feo.

Pasando toda la chachara, luego de que ya soy capaz de aunque sea saludar a la chica con un beso, me ocurre algo muy extraño; en el caso de que le guste a la chica, y esta me lo demuestre constantemente, entro en un estado de exigencia extremo (o mejor dicho, estúpido) y comienzo a deducir que posible defecto podría encontrarle a la chica para no ponerle atención a sus ataques; por supuesto ésto lo hago inconcientemente, en algún nivel de mi pensamiento que ni yo entiendo.

Creo que todo esto se debe a la cantidad de veces que, estando más joven, usando mi infalible "Ehh.. eheeem... ejejeje.. hola... ejem", fui rechazado por la chica que me gustaba. Las pocas parejas que he tenido han sido grandiosas todas, pero cuando veo que ya casi tengo 30 años y mis primos y sobrinos de 15 han tenido más parejas que yo, me pregunto en qué he metido la pata.

Igual soy de los tristes pensadores contentos que piensan que ya esa chica llegará; esa que en vez de decir "ains.. sacúdete" o "Ehh... no gracias" con movidita de mano desafiante, se ría de mi "eeeh... esteee... eeehm.. je... jeje.... hola" y termine comenzando ella la conversación para romper el hielo.

(Por supuesto no les iba a contar los parecidos de la vida sexual de Chandler con la mía, eso se lo dejo a mi blog erótico... jajajajja... mentiras no tengo uno y jamás lo tendría. Digamos que no me interesa revelar esas cosas, aunque muchas veces resultan un buen tema de conversación cuando se quiere reir un poco).

lunes, 19 de julio de 2010

¡Yo maté a Santa!





(Éste es un pequeño relato que publiqué en mi antiguo blog hace varios años y me encantó. ¡Ah! y la ilustración es mía)


- ¿Podrían quitar esa luz de mi cara? Es decir: Vengo de un sitio bastante frío y toda mi vida he vivido ahí, por el amor de Dios. ¡ME MUERO DE CALOR! – Dijo el diminuto sujeto en la silla de metal a la mitad del cuarto, que sudaba de forma exagerada ante la luz de la lámpara que tenía frente a su cara. Cada gota de sudor entregaba a la vista destellos extraños, de colores rojos, amarillos y verdes cuando la luz les daba de lleno, lo que hacía que su rostro se viera como un viejo y desteñido dulce navideño. La cara sucia, pegajosa y brillante daba a entender que Dany, el interrogado, no había tenido tiempo de acicalarse últimamente, quizás por permanecer tantos días dentro de su celda aislado de todo lo que conocía; en su rostro era obvia la ausencia del muy famoso espíritu navideño del mes de Diciembre, por su seño fruncido, sus ojos entrecerrados y una mueca desagradable en su boca no muy propia de personas de su tamaño, parecía un pequeño enano pordiosero, mezclado con un poco del típico motorizado renegado de las carreteras.

Los dos agentes en el cuarto de interrogación lucían cansados y abatidos; no entendían como alguien podría haber cometido semejante crimen, y dada la fecha temían que las cosas pudieran complicarse. Este crimen podía traer grandes y devastadoras consecuencias, no era para nada normal. Matteo era el agente más viejo; no se despegaba de sus lentes oscuros tipo aviador, su barba estilo candado forrada de canas grises y blancas, y su poco cabello, cosas que lo hacían ver más recio y duro. – No entiendo de verdad aún qué te llevo a cometer semejante barbaridad hombre.- dijo Matteo con un aire cansino.

- Cálmate Matteo. Al menos ya confeso que lo hizo; a decir verdad nunca lo ha negado; hasta se entregó por sí mismo a las autoridades- intervino así Javier, el más joven de los dos. Este tenía el cabello tan negro y oscuro y el rostro tan cuadrado y anguloso que cualquiera lo hubiera confundido con una estrella de cine latino; era el delirio de las chicas de todo el departamento administrativo de la delegación.

Dany los miraba con sus manos entrelazadas frente a su rostro, cansado y malhumorado parecía un niño aburrido y mal sentado apoyado en la mesa. – ¿Por qué carajo no me dejan ir a mi celda y me dicen cuando, y a que prisión me van a mandar? Y listo. Problema resuelto. Hacemos de su trabajo más fácil y yo descanso de toda esta porquería del policía malo y el policía bueno.- dijo Dany. – ¡Porque si fuera tan fácil, créeme que ya te hubiéramos mandado a fusilar pendejo!- le respondió Matteo de la peor manera posible, escupiendo pequeñitas gotas de saliva sobre el rostro del criminal a medida que le gritaba las palabras. Dany cerró los ojos y adoptó una mueca de asco.

- ¡QUE TE CALMES YA MATTEO, POR DIOS!- intervino de nuevo Javier –Deja que hable, tomamos la declaración, le decimos a la prensa que lo hizo y que se va a pudrir en la cárcel. No tenemos porque nosotros dar una solución al problemón en que él se metió ¿no? -

Matteo aún a centímetros de Danny, mirándolo a los ojos a través de sus lentes oscuros opinó – Está bien, está bien. Canta pajarito, de nuevo. Espera que ponga la grabadora y la cámara.- Accionó un par de botones el viejo agente del FBI haciendo que despertarán varios siseos y ruidos mecánicos detrás del gran espejo a un lado de la oscura habitación. – Luces, cámara y acción- se burlo Matteo irónicamente recostándose en la pared.

- ¿Una vez más?- preguntó Danny con voz cansada, – está bien ¿Por qué no? ¡Damas y caballeros, presentes y en sus casas! ¡YO, MATE A SANTA CLAUS, SAN NICOLAS, PAPA NOEL O COMO QUIERAN LLAMAR A ESE VIEJO ESTUPIDO!

Javier hizo un gesto de asco sin siquiera mirar a Danny, que actuaba como si estuviera animando un programa de concursos sentado en su silla sudando como un puerco. – ¡Ah, muy común su expresión en estos cases mister Javier Wilson! Pues sí, yo lo maté. Pero cualquiera que se llame a sí mismo un digno y dedicado trabajador entendería por qué lo hice, y escúchenme bien por favor:

Vivo en el polo Norte, donde nadie llega, donde nada llega, gracias al cielo tenemos tv por cable. Rodeado de Focas, y osos polares a los cuales les encanta comerse a las personas como yo, debe ser porque por nuestras venas corre dulce y sabroso jugo de frambuesa en vez de sangre. Cabe destacar que las temperaturas bajo cero hacen imposible que mi gente salga a caminar por las noches, se bañe divertidamente en la playa o se “echen” un partidito de fútbol con los de su barrio.

Vivo en la aldea más aburrida de todo el mundo, y créanme, no es para nada esa aldea bonita llena de luces y sonrisas donde todo el mundo baila canciones navideñas de los años cincuenta como en todas esas patrañas que vemos en las películas, parece más bien una favela de Brasil, un cerro de Caracas o un Bronx de Nueva York, cualquiera de estos cubierto de nieve; y es que la única fuente de trabajo es el taller del viejo baboso ese, así que se imaginarán la cantidad de desempleados que existe, por lo que la delincuencia se ha desatado en la aldea… ah por si no se han dado cuenta, soy un elfo del polo norte.

Maté a Santa porque ningún ser en el mundo debería sufrir por el demandante y esclavizante horario de trabajo de ese gordo pesado. Sobrepasa los límites humanos… eh… bueno, así yo sea un elfo; es inconcebible.

Lo maté por ser un discriminador enfermo, ya que: ¿han visto ustedes elfas en todas esas películas navideñas? Puede que si, en muy pocas, pero no es así. Miles de elfos vivimos en la misma aldea sin la posibilidad de salir a otros sitios a conocer chicas ¡DEBIDO A NUESTROS HORARIOS DE TRABAJO! Esto ha traído grandes problemas psicológicos a muchos de nosotros, y hemos tenido que… bueno… aprender a… aceptar ciertos tipos de relaciones, pongámoslo así. He oído que en el otro polo los elfos viven una bonita vida normal con mujeres y niños, haciéndole los oficios a los exploradores de national geographic.

¿Alguna vez han tratado de usar mayas de licra en invierno? ¡SE TE CONGELAN LAS BAMBALINAS! Y no señor, mejor ni hablar de cómo se pone tu “arbolito de navidad”.

- Gracias por obviar lo de tu arbolito de navidad- dijo Matteo con un dejo de sarcasmo.

Continúo, gracias: ¿Y qué me dicen de los ridículos zapatitos que nos obligaba a usar ese detestable ser? Que lindo se vería el mundo si estuvieran de moda, pero ¿Adivinen cuántas veces Ralph Laurent a sacado una colección con ese estilo de zapatos? ¡NUNCA! Ah pero el gran señor de rojo siempre anda impecable con su traje colorado abrigadito y botas calientitas. Ni siquiera podemos abrigarnos con barbas como él porque la gran mayoría somos lampiños.

- Jamás oí semejante historia, ¿Qué carajo pasa con el mundo ahora? – dijo Javier colocándose las manos en el rostro y presionando los ojos con los dedos producto del estrés. – Ahora, vuelve por favor a decirnos con qué cometiste el delito – continuó Javier sin cambiar de posición sus manos.

Ok, claro; es mi parte favorita: Para “cometer el delito”…- dijo Danny haciendo el ademán correspondiente a encerrar entre comillas su frase – utilicé un lindo e inofensivo bastón de caramelo. Si, si, de esos que son blancos con una línea roja pintada en espiral, o viceversa no me interesa ya. ¿Cómo hice de esto un arma letal? Se preguntarán. Pues fácil, lo chupe hasta hacerlo filoso y puntiagudo; creo que eso es lo bueno de tener tv cable, con todos esos programas y documentales de prisiones norteamericanas uno aprende muchas cosas, ¿No los han visto? ¡Hacen armas mortales con un cepillo de dientes y sus tirantes de la ropa interior!, impresionante.

- Muy bien, solo falta algo que hemos olvidado preguntarte Danny el Elfo: ¿Cuál es tu trabajo en el polo norte?- preguntó Matteo al acusado y cínico enano.

Pues esa es fácil. – respondió Danny. – y la principal razón por la que cometí mi crimen en momento de desesperación e ira: Desde hace doscientos treinta y ocho años, once meses y veinticuatro días soy el recolector oficial de CACA de reno de los establos navideños. Y para el registro, la caca de Rudolph también es roja y brilla. Maldito animal.

La navidad de ese año se arruino, pero para la próxima un nuevo Santa fue encontrado gracias a la producción de un reality show llamado “Santa Rocks the world” producido por la gente de VH1 y conducido por Flavor flave. Este se besuqueó con todos los santas y al final gano el único santa de color que sugirió un trineo muy “pimp” con luces de neón y gatos hidráulicos mecánicos que lo hacían brincar por todos los tejados; además, puso a todos los renos parrillas de platino en los dientes, pero esa es otra historia.

En cuanto a Dany, al cumplir su condena de cuarenta años salio de San Quintín tan fresco como una lechuga, regreso al polo norte y creo un sindicato de trabajadores que pronto lo llevo a lanzarse como presidente para la aldea. Destronó al nuevo Santa, que con lo que pudo obtener vendiendo los juguetes del taller de manera ilícita instaló un imperio de venta de crack entre los elfos. Le llamaron El Santo Bob.

Una nueva era de mano dura con los niños del mundo comenzó desde ese entonces y nada volvió a ser igual gracias a Dany… la magia se acabó.

NOTA DEL ESCRITOR: ¡ESTO NO HA PASADO AÚN GENTE! Así que todavía estamos a tiempo de salvar la magia de estas fechas, por favor, no opaquemos esto a los niños del mundo.

martes, 13 de julio de 2010

Los Garabatos de Gabo



Este es uno de los garabatos realizado por mi gran amigo Gabo Marchán. Una persona de la que aprendí mucho de lo que sé en diseño gráfico, por allá en los tiempos en que trabajamos en la misma empresa; y además un gran ilustrador.

Disfruten su trabajo en www.gabogarabatos.tumblr.com

La realidad de mi cocina