martes, 6 de agosto de 2013

Hay días

















Hay días en que no quisiéramos pararnos, o simplemente no hacer nada. Hay días en que planificamos que haremos algo, o no lo haremos... pero hay días, que pasaron, y que no podemos cambiar; y estos mi amig@, son los peores.

Hay días que no entiendo nada, que no entiendo que pasó; y a veces es fácil seguir caminando sin mirar atrás el calendario, pero a veces es imposible, y el peso de esas hojita que vas arrancando, pesan más que un camión de carga sobre los hombros... y lo peor es que a medida que pasan, entiendes menos.

En momentos en que los días corrían llenos de color, llega alguno en que no consigues ni creyones para pintarle cosas encima, y simplemente pasan grises.

Esta semana he tenido bastantes de esos días. Como un domingo lluvioso, donde solo te provoca mirar por la ventana con la mente en blanco, o caminar por un sitio transitado sin que te importe la cantidad de gente que pasa a tu alrededor. Gracias a Dios existen las cafeterías, y el café con leche caliente.

viernes, 2 de agosto de 2013

Un pensamiento de más















¿Hay alguna diferencia, entre pensar y pensar de más?

Supongo que esa es la letra de los libros que lee mi memoria cuando tiene insomnio, y paga peajes a las dos de la mañana, con la luz tenue y amarilla del refrigerador en la pared.

Quizás es un error, pero ¿Dónde está el letrero que te dice cuándo dejar de pensar? Porque quizás, pasé muy rápido y no lo vi. Quizás fue un error, quizás.

Son las ganas que tengo de no detenerme, son las riendas que le doy a mis caballos,
y en las noches camino, por calles que ni conozco, con las manos en los bolsillos, por si hace frío, con la mirada arriba por si me pierdo, porque eso es el pensar.

No hago sino pensar, y pensar.... y quizás, supongo, pensar de más y de más.





Tiempo sin escribir prosa, uff... bastante, pero a veces... es bueno.