jueves, 29 de diciembre de 2011

Checklist 2011


















Llegan los días de pensar qué nos dejó este año; y seamos sinceros, debemos contar las cosas buenas y también las malas, porque de todas hemos aprendido algo en su momento. Quizás no lo vimos en el momento, pero luego cuando hay tiempo de meditar sobre todo, nos damos cuenta que alguna enseñanza nos dejó.

Estos últimos tres años de mi vida, han sido algo turbulentos. Las cosas no han pasado, sino que se han desbordado a pasar, como una avalancha de nieve que comienza poco a poco y que luego se transforma en un gigante... y abajo de la colina: Nosotros. Sin embargo, todo ha venido tomando su cauce, y espero que el rio por fin traiga calma.

A principios de año, murió mi abuela, y los que siguen estas humildes líneas, sabrán que fue una dura situación. Eso hizo que mi año comenzara y yo ni cuenta me diera, y es que cuando estas cosas pasan, nunca nos damos cuenta ni dónde estamos parados, ni cuanto tiempo estuvimos ahí. Las navidades y el año nuevo pasado, fueron momentos de incertidumbre para toda mi familia, y a pesar del final, salimos bien.

Creo que eso vino a sacudir todos los aspectos posibles de mi rutina. Comenzaron ciertos problemas con mi trabajo, continuó un poco el estrés constante que me había causado la muerte de mi mamá hace tres años, y todo lo vi revuelto sin saber cómo calmar todo.

Cosas positivas hubo; gracias a muchas personas, y al poder de las redes sociales, inicié oficialmente (por decirlo de alguna forma) mi carrera como ilustrador; que aunque aún no es la profesión que pone comida en mi mesa, se ha hecho notar el buen recibimiento de las personas ante mi trabajo como ilustrador y caricaturista.

Espero este año nuevo salgan nuevos proyectos en ese sentido.

Un momento en el que me sentí algo perdido, fue cuando me tocó decidir que hacer con mi trabajo. Ciertas incomodidades, irresponsabilidades y despreocupaciones, decantaron en que decidiera tomar otro camino y renunciar al trabajo que me trajo de nuevo al país.

Siempre digo que las oportunidades están, y lo importante es saber identificarlas y a veces, realizar algunos sacrificios por el bien de uno mismo. Así fue como llegué, de forma fortuita a mi actual trabajo... o mejor dicho, al que será mi trabajo para el año próximo. Gracias a una gran amiga, que quiero como una hermana, esta empresa contó conmigo en un proceso de cambio, y mi experiencia y ganas de "sudar la camiseta" hizo que me tomaran en cuenta para laborar junto a ellos el próximo año. Muy agradecido estoy con la empresa; y además me sentí liberado de un peso al tener una nueva opción y poder decirle adiós a la anterior.

Muchos dirán: ¿Y la parte personal qué? ¿Las novias? (Al menos todas mis tías y mi padre seguro lo dirían) Pues, quizás este fue uno de los aspectos que fueron descuidados este año 2011. Como cualquier presupuesto publicitario, este aspecto es el que primero se ve descuidado en mi vida cuando las cosas se ponen enredadas, pero no los voy a aburrir con este tema. Sólo diré que espero este año nuevo tener más valor y prestarle un poco de atención a esto.

En el 2011 cumplí 30 años... 30 años muy bien vividos, pero que me hacen pensar "¡Diantes! Tengo 30 años". No es fácil llegar a esta edad sin pensar en lo que se ha hecho y en lo que se ha dejado de hacer. Muchas veces me pregunto, al ver a algunos amigos ya casados y con hijos, si soy yo el que está atrasado, o son ellos los que se adelantaron, pero ¡Bueh! ¿Qué se le va a hacer?

Creo que, sabiendo que debo cambiar unas cosas en mi vida (por salud o por otras razones) he vivido una vida correcta, no le hecho mal a nadie, y siempre he tratado de tender una mano a quién lo necesite, sin importar quién sea. A veces la persona que menos conocemos, es la que más nos necesita.

Esto ha sido, en resumidas líneas, mi año 2011. Mucho que recordar, que acomodar, que agradecer y que retomar. Espero que el 2012 sea mejor que el 2011, porque no hay año malo.

sábado, 17 de diciembre de 2011

¡Ah! Es que llegó la navidad.













Extraño ¿No? Cómo pueden cambiar las cosas en el transcurso de algunos años.

Por eso es muy cierto cuando muchas veces decimos "eramos felices y no lo sabíamos" al ver fotos de cuando eramos niños. La navidad se acercaba y los primeros en recordar a todos que se aproximaba éramos nosotros; y ahora... ni nos enteramos que está aquí.

Sabemos que se acerca y que estamos en los días, pero la mayoría de las cosas que tenemos en la cabeza nos hace olvidar lo que significa la época; o lo que significaba no hace mucho tiempo para cada uno de nosotros.

Para mi, las navidades eran tan parecidas una de la otra, que se hicieron una bonita y única (y muy personal por supuesto) tradición. Sabía que era navidad, cuando en mi casa comenzábamos a planificar el viaje a mi ciudad natal, a casa de mi abuela. Ese era el botón de inicio de mis fiestas decembrinas. Cambiar de aires, volver a mi terruño y compartir con la familia se hacía tan normal que perdía importancia ante boberías como: "¿Qué le compraré a fulanito? ¿Cómo haremos este año con el pernil? ¿Cómo nos vamos a repartir las camas esta vez?

Este año, que por circunstancias de la vida, por llamarlas de alguna forma, no se pudo continuar la tradición, siento que no llegó la navidad en realidad. De seguro la retuvieron en la aduana... siempre pasa.

Veo los adornos de navidad y me parece que estaban ahí durante todo el año, y me da pena meditar sobre la ausencia de adornos en mi casa, ya que para estas fechas, cuando escribo estas líneas, ya toda la parafernalia de árboles, lucecitas, guirnaldas y nacimientos debería estar montada en casa. Pero este año, al ser tan diferente a todos, perdí la noción del tiempo y aún no hay nada.

Extraño... ¿No? Cómo uno, o varios eventos desafortunados, pueden cambiar una tradición que se remonta al principio de mi vida; desde que tengo memoria. Quizás las cosas cambiarán, y las navidades serán otras, cuando tenga hijos y deba "inventarme" mis propias tradiciones.

Supongo que no me queda de otra, que desearles... Feliz Navidad, próspero año nuevo, y que, a los que como yo tienen hasta ahora unas navidades extrañas: Ojalá que la próxima sea mejor y todo tome su curso.

P.D. Animático volvió a escribir!! jeje

domingo, 10 de julio de 2011

Desempolvando

¡Uff! Bueno, paso por aquí para desempolvar un poco mi blog.

Que importante se vuelven las palabras cuando se convierten en un método de drenaje; y ya extrañaba escribir. Si hay algo que me ha pasado toda mi vida, es que el tiempo que le dedico a algunas cosas, que se podrían clasificar como importantes, es que me quitan tiempo para hacer cosas que de verdad me drenan y me divierten sin provocarme presiones, esas cosas que se hacen por pasión y que en algún momento podrían llegar a convertirse en importante en mi vida, como escribir.

Bueno... quizás una arregladita por acá, una limpiadita por allá, ordenar y ordenar las ideas (cosa que es difícil a veces) y creo que estoy listo para seguir desparramando letras de mi vida y de las de otros desde mi punto de vista.

Espero que así como desempolvo mi blog, me acompañen en el futuro.

Gracias

Jesús E. Duque Lamus

AKA: Jesse Duke

Saludos!

martes, 3 de mayo de 2011

domingo, 24 de abril de 2011

¿La nostalgia se transforma en sonrisa?























Hoy tuve la oportunidad de leer un artículo en una revista nacional; de un escritor que les recomiendo bastante: Rafael Osio Cabrices. En él, relata la nostalgia que siente al ver las cosas que le asombraban y lo maravillaban cuando era pequeño; y de sentir que ha perdido la inocencia propia de un niño, que siempre lo hacía creer en lo que leía o lo que veía.

Creo que comparto muchas veces este sentimiento, con gran cantidad de cosas que recuerdo de mi infancia y adolescencia; pero no creo que se pueda perder la curiosidad propia de un niño, aunque por supuesto si la inocencia. Quizás cuando veíamos una película de fantasía, pensábamos que sus efectos eran tan reales que no se podían creer, pero en esos tiempos dichos efectos lo eran, eran para todo el mundo reales, porque eran lo más vanguardista que existía.

Puede que mucha de esa "niñez", por nombrarla de alguna forma, nos la han venido robando los adelantos tecnológicos, pero más aún, y en un sentido más general, la niñez nos la ha ido robando la precocidad de la sociedad de hoy en día. Si a mi Freddy Krugger no me dejaba dormir por las noches, a los jóvenes de ahora les causa risa. Una amiga, mucho menor que yo, opinaba cuando vio Pesadilla en la Calle del Infierno de los 80, que lo que le causaba era risa, porque "era muy cómico". Pero al ver la nueva versión, con más sangre realista, vísceras creíbles y un actor con maquillaje que lo hacía ver inexpresivo por las quemaduras, le parecía aterrador.

Creo que la magia de las cosas que nos hacían "creer en la magia", valga la redundancia, era que nosotros las creíamos, que a nosotros nos impresionaban y nos gustaban, así que no veo el por qué dejar de sentir que son mágicas, y a pesar que las cosas ahora son diferentes, dejan bastante que desear desde el punto de vista creativo.

Hace un momento conversando de algo parecido por una red social, me dijeron "la edad no es la que se tiene, sino la que se siente"; y me apego también a esa idea. Yo siempre seré un niño; yo siempre creeré en la magia. Ojalá eso nunca cambie.

domingo, 13 de febrero de 2011

Cuando el río se calmó...




Pues bien. heme aquí. Después de haber escrito el último post, las cosas parecían acomodarse con el tiempo; como cuando te dicen: "Despreocúpate, que todo saldrá bien". Yo entiendo, que vale más la intensión que cualquier cosa cuando se dice esta frase, pero en algunos momentos, puede llegar a convencernos, y a veces todo mejora, pero a veces no.

Mi abuela, después de luchar por mucho tiempo, nos dejó. ¿Qué pienso yo de todo esto? Pues, creo, que mi abuela se aseguró, de que su servidor se sintiera orgulloso de ella, y de todas las mujeres de mi familia, hasta el último minuto de su vida. No diré que la tristeza no me invade, pero no puedo negar tampoco, que me siento muy tranquilo, y que cada una de las cosas que durante toda mi vida, mi madre, mi abuela y el resto de mis tías y tíos nos enseñaron, de seguro nos servirán cuando nos toque luchar por la vida. ¿Qué mejor lección nos pueden haber dejado, que saber como vivir?

En estos momentos en que los ánimos, los míos y los de mi primos están bastante bajos, solo quisiera que recordaran eso. Gracias a ellos, somos lo que somos; gracias a ellos sabemos como ser una "verdadera familia". Si en algún momento, alguno llegó a cometer alguna falta, pues ya no importa mucho; lo importante es aprender, y saber que ahora es cuando más se necesita que todos estén unidos.

Cuando mi mamá murió, una de mis adoradas tías me recordó, en un momento de tristeza, que no debía de estar tan triste porque mi mamá se había ido, sino que por el contrario, debería pensar que su vida fue maravillosa: en su juventud, siempre fue la más bonita, la más alegre, la más querida, la más independiente y la más luchadora; que cuando necesitó formar un hogar, lo hizo y lo levantó con gran esfuerzo y sufrimiento, pero siempre con una sonrisa; que luchó y fue más fuerte que una enfermedad que pudo haber acabado con cualquiera, ayudando a quienes también la tenían a creer en ellos mismos, ya que era la única forma de salvarse; y que no se fue, sino hasta que yo, su hijo, ya era un hombre de bien, formado y con su mismo carácter y temperamento. No creo tener las mismas cualidades de mi madre, ya que creo que fue única, pero algo le aprendí.

Ahí es cuando nos ponemos a pensar en la enigmática pregunta a la que muchos pensamos no tiene respuesta: ¿Cuál es nuestra función en la vida? Por lo que he aprendido, creo que nuestra misión en este mundo, sencillamente es vivir, e intentar irnos cuando pensemos que ya no podemos hacer más, ni por nosotros ni por los demás; cuando estemos tranquilos.

No decaigamos en nuestras vidas primos, más bien demostremos que somos aunque sea un poquito de lo que ellos fueron, de lo que nos enseñaron, y sigamos adelante tratando de estar tan juntos como ellos lo estuvieron siempre, a pesar de las distancias. Tampoco vayamos a caer en cualquier error en el que ellos cayeran, y que por un momento llegó a separarlos. Los quiero mucho a todos, y espero que estemos juntos hasta que el día que me toque irme, llegue.

P.D.: No me gusta escribir de forma tan personal, pero creí necesario resumir en estas líneas, muchas cosas que quería decirles a mis familiares en estos momentos difíciles.

viernes, 4 de febrero de 2011

"Feliz" año nuevo... familia?




¡Buenos días! ¿Cómo están todos al rededor del mundo? Comenzamos un nuevo año con las mismas ganas que comenzamos todos los años; las mismas que se comienzan a gastar al faltar tres meses para terminar el año en curso, pero supongo que así es el ciclo de vida de estos consecutivos doce meses.

Se habrán dado cuenta que este blog estuvo abandonado por algún tiempo, y es que a veces es bueno darse unas vacaciones del mundo 2.0 para volver a vivir el normal 1.0... aunque, la verdad, como va el mundo ya no se si el normal es el virtual o ese, donde uno sale a la calle, ve gente, suda y come.

Este año no comenzó del todo bien. Mis vacaciones fueron prorrogadas un poco más de lo que tenía pensado, por una situación familiar, una emergencia, que me hizo ausentarme de mi ciudad por un largo mes. En todo ese mes alcance a ver que, si ustedes creen que es difícil vivir en una ciudad, por ejemplo, donde se está solo, pues igual de difícil es hacerlo donde se tiene a toda la familia. Lamentablemente, en situaciones como las que he vivido a finales del año pasado y principios de este, uno se puede dar cuenta que a veces las familias no son lo que muestran en los tiempos cotidianos y rutinarios, sino por el contrario: las familias se dejan ver de forma transparente cuando ocurren accidentes o incidentes desafortunados donde se requiere la cooperación, el trabajo en equipo y sobre todo, los buenos sentimientos.

Es triste ver pocos son los miembros de la familia que pueden ser en realidad considerados como familia, y que a pocos les importa en realidad el ser humano que creció con ellos, que lo crió, el que compartió la niñez o sencillamente el que lleva su misma sangre. Siempre había oído que el dinero separaba a las familias, pero nunca imagine que pudiera hacerlo en una familia que "NO" tiene dinero en realidad.

Lamentable son todas situaciones, pero si algo me enseñó mi familia, y sobretodo mi madre, fue que a los problemas se les debe dar la cara, y cual guerrero Maori, mirarlos a los ojos con el rostro más aterrador que podamos tener; por más que el problema sea más grande que nosotros, el meollo es escalar hasta llegar a conquistarlo, sin importar cuanto tiempo se lleve y tratando de perder lo menos posible en el intento.

Amo a mi familia, pero a veces tanto amor suele ser muy fácil de decepcionar, de derrumbar.