viernes, 4 de febrero de 2011

"Feliz" año nuevo... familia?




¡Buenos días! ¿Cómo están todos al rededor del mundo? Comenzamos un nuevo año con las mismas ganas que comenzamos todos los años; las mismas que se comienzan a gastar al faltar tres meses para terminar el año en curso, pero supongo que así es el ciclo de vida de estos consecutivos doce meses.

Se habrán dado cuenta que este blog estuvo abandonado por algún tiempo, y es que a veces es bueno darse unas vacaciones del mundo 2.0 para volver a vivir el normal 1.0... aunque, la verdad, como va el mundo ya no se si el normal es el virtual o ese, donde uno sale a la calle, ve gente, suda y come.

Este año no comenzó del todo bien. Mis vacaciones fueron prorrogadas un poco más de lo que tenía pensado, por una situación familiar, una emergencia, que me hizo ausentarme de mi ciudad por un largo mes. En todo ese mes alcance a ver que, si ustedes creen que es difícil vivir en una ciudad, por ejemplo, donde se está solo, pues igual de difícil es hacerlo donde se tiene a toda la familia. Lamentablemente, en situaciones como las que he vivido a finales del año pasado y principios de este, uno se puede dar cuenta que a veces las familias no son lo que muestran en los tiempos cotidianos y rutinarios, sino por el contrario: las familias se dejan ver de forma transparente cuando ocurren accidentes o incidentes desafortunados donde se requiere la cooperación, el trabajo en equipo y sobre todo, los buenos sentimientos.

Es triste ver pocos son los miembros de la familia que pueden ser en realidad considerados como familia, y que a pocos les importa en realidad el ser humano que creció con ellos, que lo crió, el que compartió la niñez o sencillamente el que lleva su misma sangre. Siempre había oído que el dinero separaba a las familias, pero nunca imagine que pudiera hacerlo en una familia que "NO" tiene dinero en realidad.

Lamentable son todas situaciones, pero si algo me enseñó mi familia, y sobretodo mi madre, fue que a los problemas se les debe dar la cara, y cual guerrero Maori, mirarlos a los ojos con el rostro más aterrador que podamos tener; por más que el problema sea más grande que nosotros, el meollo es escalar hasta llegar a conquistarlo, sin importar cuanto tiempo se lleve y tratando de perder lo menos posible en el intento.

Amo a mi familia, pero a veces tanto amor suele ser muy fácil de decepcionar, de derrumbar.

2 comentarios:

  1. la familia nos enseña cosas que con otros simplemente no aprenderíamos, a veces esperamos cosas que no nos van a dar, porque no es así que vamos a aprender. El punto es, que sea como sea, la familia es una sola, y nos enseña cosas que de otra manera no aprenderíamos!!!

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  2. Hola! Gracias por tu comentario. Si, tienes mucha razón. Igual me da tristeza ver como lo que me enseña mi familia, pues no es lo que uno espera que te enseñen. Más que enseñar, lo que hicieron fue mostrarse algunos de ellos. Gracias a Dios que dentro mi círculo familiar (e incluso fuera de él, pero muy allegado) existen todavía personas que se les puede llamar familia; y creo que de eso se trata... no? de darse cuenta con quién se cuenta en los momentos difíciles; quién está ahí para darte una mano, o simplemente para oírte si lo necesitas. Una vez más gracias! y sigue visitando el blog :) espero te guste.

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