lunes, 16 de agosto de 2010

La época de oro... Los 50´s




















No sé si en un hombre joven (eso creo) de 28 años, a punto de cumplir sus 29 y acercándose poderosa y puede que preocupantemente a sus 30, se vea aburrido, extraño o como se le quiera llamar el hecho de que le guste tanto el estilo de vida que la humanidad vivió en los años cincuenta.

Ese, como se habrán dado cuenta, es mi caso.

A pesar que en esta era, la que vivo, tengo acceso a tantas cosas que forman parte de mi rutina, como tener una computadora con internet para poder escribir estas palabras que leen; o por ejemplo tener a mi disposición un televisor con más de 80 canales para escoger que deseo ver; siento gran admiración por esta época de oro como yo la llamo. La carencia de tantas cosas que ahora tenemos, hace que los años cincuenta me parezcan años mágicos, donde tenías que salir a caminar o a tomarte un café para poder conocer gente nueva; y lo mejor es, que la gente iba también a estas actividades abiertas a conocerte.

Los escritores y artistas se sentaban en plazas, cafés o restaurantes a cuajar las ideas que se convertirían en sus futuras obras, o por lo menos eso es lo que he leído. Quizás en este punto, por tener ese loco deseo de convertirme algún día en escritor (no importa el éxito o el no tenerlo, lo importante es escribir para publicar, así lo veo yo) la barrera más significativa es tener que haber escrito en máquina de escribir, ya que bueno... no soy perfecto, y cometo errores que desaparecen gracias a mi apreciada tecla "Back space".

Respirar un aire más limpio, conducir un auto de los de la época, ver con asombro los nuevos descubrimientos de la ciencia y pensar que de seguro en el año 2000, andaremos en autos voladores y los robots trabajarán por nosotros como en Los Supersónicos (The Jetsons); todas estas cosas a mi manera de ver, serían mágicas ante los ojos de alguien que creció en los cincuenta.

Creo que es aspecto más aborrecible de los años cincuenta, fueron las historias bélicas que se desenvolvieron alrededor del mundo, producto de la misma ignorancia de la humanidad; pero del resto, me hubiera encantado vivir ahí, en esos tiempos de Sinatra, Elvis, Monroe y demás personajes; pero me conformo con vivir en esta era en la que la ciencia hace del ser humano un bulto sin ganas de pensar, de leer, de salir a caminar y conversar con un desconocido en la banca de alguna plaza.

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